Aunque usted no lo crea, a pesar de no ser un tema relacionado con el contenido del libro que presentó en el Instituto Tecnológico de Mérida, sobre la historia de los ferrocarriles de Yucatán, el compilador de la obra Noé Peniche Patrón aceptó responder a los cuestionamientos que por escrito le hicieron llegar sobre el muelle Calica de Quintana Roo y la embarcación que se encuentra fondeada desde hace dos meses frente a dicho atracadero.
Para empezar, dijo Peniche Patrón, Calica es un puerto internacional mexicano, localizado en la costa de Quintana Roo, que posee además una cantera, concesionada por gobiernos anteriores a la empresa Calizas Industriales del Carmen, que explota materiales pétreos, desde 1986, material que a su vez es exportado por la firma de los Estados Unidos de Norteamérica Vulcan Materials Company, productor de materiales para construcción basados en agregados.
Material que llega al muelle de Calica a través de una banda transportadora de varios kilómetros, que inclusive pasa silenciosamente por debajo de la carretera 307 de Chetumal a Cancún, motivo por el cual se le conoce como “Los nuevos Santa Anna”, sólo que a diferencia del expresidente quien vendió la mitad del territorio mexicano, quienes otorgaron la concesión a la señalada compañía americana lo hicieron en “pedacitos”.
Es por esa razón que la embarcación que se encuentra fondeada frente a ese muelle desde hace dos meses y que le cuesta millones de pesos al país, no puede utilizar ese atracadero porque la compañía norteamericana no permite la descarga del material que fue importado para la construcción del Tren Maya, porque hay un litigio internacional sin resolver y de la cual el presidente Andrés Manuel López Obrador es respetuoso y se está buscando la manera de resolver el asunto.
La postura de la empresa estadounidense se debe a que el Gobierno Mexicano poco a poco fue frenando con el apoyo de las autoridades de protección al medio ambiente, la exportación del material pétreo que era extraído de las canteras del estado de Quintana Roo, con el consiguiente daño ambiental y “aunque muchos no lo crean” era una forma de “saquear” al país en pedazos, sin que nadie “aparentemente” se diera cuenta.
Por eso en la presentación del libro, pidió a los asistentes a no dejar sólo al presidente López Obrador en la mañanera defendiendo el proyecto del tren maya y defender al mismo que a la larga significará mayor desarrollo económico para la región sureste del país, mejores empleos y bien pagados, mayor crecimiento para el sector comercial e industrial, especialmente al turismo, mejor sistema de conectividad, obra que dijo avanza a paso acelerado y confía quede inaugurada a finales de este año, pero, aclaró que eso no significa que este consolidada, porque para ello, se requiere que los próximos gobiernos le den continuidad es decir, es una obra transexenal para que en realidad este sistema ferroviario sea un antes y un después en la historia de los ferrocarriles no sólo en Yucatán sino en toda la región Sureste de la república mexicana.
El problema del barco y el litigio no se ha podido resolver y pone en evidencia la falta de instalaciones portuarias adecuadas en la Península de Yucatán.