Protestas constantes, caos vial y abandono escolar: los maestros usan a los niños como rehenes de su eterna lucha salarial

Por José Pallotta/OGY: Mérida, Yucatán.

El oportunismo no tiene límites. Ni siquiera entre quienes deberían ser ejemplo: los “maestros”, esos que se autodenominan educadores, han convertido las aulas en trincheras y las calles en campos de batalla.

Una vez más, con total cinismo y descaro, bloquean avenidas, toman edificios públicos y paralizan ciudades. ¿El resultado? Miles de niños sin clases, padres desesperados y un caos vial que colapsa la vida de todos.

Año con año repiten el mismo libreto: protestas, plantones, chantajes disfrazados de exigencias salariales. Pero mientras gritan por sus “derechos”, pisotean el de millones de niños que sólo quieren aprender. ¿A eso le llaman educar?

No les importa el ciudadano de a pie. No les importa el trabajador que llega tarde. No les importa el padre o madre que no tiene con quién dejar a sus hijos. Lo único que les interesa es su agenda, su incremento, su poder de presión.

En Mérida, el centro histórico se ha convertido en zona de guerra. Calles bloqueadas, tráfico detenido y conductores obligados a desviarse por la soberbia de estos grupos que se escudan en una plaza magisterial para sembrar el caos.

¿Alguien de ellos ha pensado por un segundo en los niños? ¿Alguien se ha puesto en los zapatos del ciudadano común que ya está harto?

En redes sociales, el hartazgo es evidente. Hay quienes proponen, con ironía pero también con razón, que dejen de llamarse maestros y se vuelvan arquitectos… total, ya están más ocupados en construir “puentes” que en formar estudiantes.

La educación no puede ser rehén de intereses sindicales. Basta de chantajes. Basta de convertir a los niños en víctimas colaterales…(OGY)