Nota de Vilama/OGY: Mérida, Yuc. 19 de Ene. 2021-.
En pleno siglo XXI, es increíble que en los partidos políticos se estén dando cosas insólitas como son las violaciones a los derechos ciudadanos de las y los aspirantes a puestos de elección para representar a la sociedad, lo que está generando gran escepticismo en las candidaturas, por falta de leyes claras y transparentes en las convocatorias para ejercer un cargo público, por ejemplo: Equidad de Género, si hoy es una la representante mujer la siguiente elección debe de ser un hombre y viceversa, señaló el empresario ganadero, Ricardo Mañé Lara.
A su retorno de la ciudad de México, el ganadero dijo que se acercan los tiempos de definición política y la renovación de la cámara de diputados donde los partidos y candidatos deben de plasmar sus políticas de comportamiento ético legislativo de la asunción realista de la libertad y democracia en aras de un avance de nuestra sociedad.
Por lo que señaló que hay dejar el escepticismo y dogmatismo político de los partidos o el comportamiento cultural del poderoso “Don dinero” (plasmando sus convocatorias a modo de las y los candidatos).
Los partidos políticos, agregó, deben tener en cuenta que quienes asuman la política como una vocación deben tener el compromiso y la responsabilidad de enriquecer el quehacer político a través del dialogo y el debate de las ideas y propuestas que nos permitan encontrar el rumbo que reclama la sociedad.
Es deber de los partidos dejar de nominar a los personajes que puedan financiar sus propias campañas o quienes les garanticen a posteriori jugosos negocios a un grupo político y seleccionar a verdaderos representantes populares con arraigo pero que también cuenten con una curricular limpia y un pasado sin polvo debajo de la alfombra. Para decirlo fuerte y claro deben escoger personas con una lealtad partidista a toda prueba y que tengan una genuina vocación de servicio y no únicamente miembros de una élite económica con sospechas de arreglos “en lo oscurito” para favorecer o perjudicar a su mismo partido en el pasado cuando así les haya convenido.
En suma, es un deber ético de los partidos seleccionar a sus mejores elementos, de probado arraigo social y un expediente impecable y no falsos líderes que tras su aura de supuesta popularidad ocultan anti valores y un closet lleno de pecados y traiciones y otro tipo de beneficios de carácter eminentemente patrimonial. De hacerlo así, poco a poco los partidos dejarán de ser vistos con el escepticismo que ellos mismos, con sus arriesgadas decisiones pasadas, han provocado…(OGY)