De la redacción/OGY: Mérida, Yucatán.
La construcción del tren maya y del parque La Gran Plancha son obras que demuestran la importante responsabilidad que tiene el ejército mexicano y reflejo del cariño que tienen las fuerzas armadas a las instituciones, conclusión a la que llegue después de escuchar al director general de operación y construcción del moderno sistema ferroviario Óscar David Lozano Águila, quien señaló que la instalación de un tope en una carretera propicia que ésta se desarrolle y genere trabajo y riqueza por los sitios donde esta atraviesa.
Esas palabras me hicieron pensar que si un tope genera desarrollo, que harán las 34 estaciones que se están desarrollando para operar el tren maya.
También recordé que el tren que pasaba por la casa donde vivía, mi suegra recordaba aquel tren en el que llegó el gobernador Felipe Carrillo Puerto a Tizimín y que de regreso había servido a quienes lo perseguían para alcanzarlo, así como las cuadras de caballos que habían servido para que el mandatario saliera de Tizimín.
Por lo tanto, no cabe duda que el tren es importante para todo desarrollo y no me queda la menor duda, como ayer señale a los estudiantes de Tizimín que los Ferrocarriles Unidos de Yucatán y después transformados en Ferrocarriles Unidos del Sureste sirvieron para desarrollar al estado.
Primero, la zona henequenera, combinado con la riel D cauville, de origen francés, que vino a complementar el tejido para que el henequén se extendiera por toda la entidad y en las zonas que no había vocación para el cultivo de la fibra traían ganado y maíz en las llamadas periqueras.
Por eso considero que el tren, es desarrollo, es progreso y si a eso le agregamos que hará que el turismo crezca, debemos confiar que este proyecto que tanto protege López Obrador al realizar visitas de supervisión cada 15 días, será la verdadera transformación del sureste de México.
Invitación
Durante la plática que ofreció ayer a los estudiantes del Instituto Agropecuario de Tizimín, Peniche Patrón aprovechó pedirles que “Me gustaría que cuando vengan a Mérida, me avisen para atenderles como lo hice hace unos días a Wilfrido Cen Sulub y miembros del comisariado ejidal de Tizimín para que vean lo que el glorioso ejército mexicano está haciendo de aquel muladar que era la Plancha se va convirtiendo en el Gran parque La Plancha y quizá se convierta en el pulmón verde que el crecimiento de los ferrocarriles nos quitó”.
Señores confíen en los proyectos del presidente, citen lo que se está haciendo para transformar al Sureste y hay que apostarle al futuro del Sur-Sureste porque los ferrocarriles nos van a traer una gran conectividad y nos va a devolver glorias pasadas.
Por último, dijo que nunca se imaginó que en esa reunión surgieran algunas interrogantes de problemas ya resueltos, como es el caso del estero de Chac, que es un afluyente del Río Hondo cuyas vertientes de agua le dan la preciosa tonalidad a la laguna de Bacalar, que por una equivocación se dañó una pequeña parte del estero con material, lo que inmediatamente se corrigió con la instalación de un puente y a sugerencia de expertos se construyeron otros cuatro para asegurar la total transparencia de las aguas de Bacalar, y fui testigo que cuando se hizo el anuncio las personas que no estaban de acuerdo la respuesta de éstas fue “nosotros lo que no queremos es el tren maya y ante una situación de personas tan negativas y no obstante de darles una respuesta que va a favorecer el medio ambiente, la flora y la fauna, con inversiones que han rebasado el presupuesto inicial de la obra, no es justo que al final digan que simplemente no quiere que pase el tren maya por ese lugar toando una posición retrograda, ante una obra donde lo primero que se está cuidando es la naturaleza…(OGY)